martes, 20 de marzo de 2012

Chamfort.- MAXIMAS Y PENSAMIENTOS

Nicolás de Chamfort

MÁXIMAS Y PENSAMIENTOS

 Sébastien-Roch Nicolas, alias Nicolas de Chdamfort

1. Las máximas, los axiomas, son, como los compendios, tareas de personas de ingenio, que han trabajado, a lo que se ve, para solaz de espíritus perezosos o mediocres. El perezoso adopta una máxima que le dispensa de realizar por su cuenta las observaciones que han llevado al autor de la misma al resultado que comunica a su lector. El perezoso y el hombre mediocre se creen dispensados de ir más allá y prestan a la máxima una generalidad que el autor, de no ser a su vez una mediocridad, lo que a veces sucede, no pretendió darle. El hombre superior capta al instante las semejanzas y diferencias que hacen que la máxima sea más o menos aplicable a tal o cual caso o deje de serlo en absoluto. Sucede aquí como en la historia natural, donde el deseo de simplificar ha imaginado las clases y las divisiones. Sin duda se precisión de ingenio para efectuarlas, porque fue preciso acercarse y observar las relaciones. Mas el gran naturalista, el hombre de genio, comprende que la naturaleza abunda en seres individualmente diferentes y sabe de la insuficiencia de las divisiones y clases que usan  con tanta alegría los espíritus mediocre o perezosos; podemos, pues, asociarlos; con frecuencia constituyen la misma cosa, son muchas veces la causa y el efecto.


2. La mayoría de los autores de colecciones de versos o citas célebres recuerdan a quienes devoran cerezas u ostras, eligiendo al principio las mejores y acabando por comerlas todas.


Una edición de la obra
3. El hombre, en el estado actual de la sociedad, me parece más corrompido por su razón que por sus pasiones.Sus pasiones (e incluyo aquí aquéllas que pertenecen al hombre primitivo) han conservado, en el orden social, lo poco de naturaleza que aún se puede rastrear.

4. La filosofía, como la medicina, encierra multitud de drogas, pocos buenos remedios y casi ningún específico.


5. He conocido hombres que sólo estaban dotados de una razón recta y sencilla, sin una gran inteligencia o una excesiva altura individual, pero a los que bastaba esa razón simple para poner en su sitio a las vanidades y tonterías humanas, para proporcionarles el sentimiento de su dignidad personal y hacerles valorar dicho sentimiento en los otros. Me he tropezado con mujeres, más o menos en el mismo caso, a las que un sentimiento verdadero, tempranamente experimentado, había colocado en el nivel de las mismas ideas. Se sigue de estas dos observaciones que aquellos que conceden un gran valor a aquellas vanidades, o aquellas humanas estupideces, pertenecen a la última categoría de nuestra especie.

  Clermont-Ferrand, la patria de Chamfort   

6. Un hombre honesto debe obtener la estima pública sin haberlo previsto y, por así decirlo, a pesar suyo. Quien se dedica a buscarla, revela su estatura.


7. Una bella alegoría de la Biblia es ese árbol de la ciencia del bien y del mal que conlleva la muerte. Este emblema, ¿no querrá significar que cuando se ha penetrado el fondo de las cosas, la pérdida de las ilusiones supone la muerte del alma, es decir, un desinterés completo de cuanto concierne y ocupa a los demás hombres?


8. El pensamiento de todo consuela y a todo halla remedio. Si alguna vez os daña, pedidle el remedio del mal que os causó, y os lo suministrará.
Sus obras completas


9. Existen, es inútil negarlo, algunos grandes caracteres en la historia moderna y no somos capaces de comprender cómo se formaron. Semejan desplazados. Son a modo de cariátides en un entresuelo.


10. La filosofía mejor, en cuanto al mundo concierne, reside en conciliar el sarcasmo de la alegría con la indulgencia del desprecio.

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